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empus fugit.
¡Es cierto!, corre el tiempo hacia la
eternidad, el pasado nos abandona.
Lo peor, es que para los que ya
no cumplimos años, para los que ya tenemos el saco de los recuerdos casi
completo, el tiempo que nos acecha: “las navidades”, es tiempo de melancolía,
de acordarse de los ausentes, de volver a vivir tu infancia.
¡Yo les pido a los Reyes un caballo!, se
lo llevo pidiendo, si no recuerdo mal, al menos 55 años, espero que este año me
lo pongan. Estoy seguro que será el gran año.
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Quisiera volver a tomar una
copa de “Tío Pepe” con mi padre el día 24 de diciembre.
·
Quisiera volver a cortar el
turrón con mi madre. ¿Quién va a buscar el pavo al horno?
Cuando una lagrimita te corre por la
mejilla, es el momento de una copita de champán, levántala y brinda:
¡Por mis
recuerdos!