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martes, 28 de julio de 2020

Rosina


H

ace poco se murió un gran referente de la “Izquierda” española, ya es agua pasada, pero en realidad lo que quiero es resaltar la repercusión mediática que tuvo, ciertamente su vida fue un ejemplo para los demás, muere una persona dedicada a la defensa de los desfavorecidos, y es necesario reconocer esa gran labor para que otro, mucho más joven, recoja la bandera caída y continúe con ella hasta la cota más alta.

Sin embargo, esta gran trascendencia, no es igual para todos. Se dice siempre de los imprescindibles, pero, quién sabe quiénes son:

¿Son aquellos que llevan una línea ideológica toda su vida?

¿Pueden ser aquellos que dan todo lo que tienen a los demás?

¿Acaso serán aquellos que se dedican a defender los derechos de los que por sí mismos no pueden?

Es posible, pero no todos cuentan lo mismo para el público en general, y es por eso, que hoy tengo que contar algo:

Ayer en una playa de Moaña, se murió la compañera Rosina, se fue a bañar sola, y en el silencio de la soledad se rompió su vida. Nadie se pudo despedir, ni ella se despidió de nadie, pero estoy seguro que, de querer, serían cientos en la cola.

Hasta pronto, Rosina:

Me despido de una compañera luchadora, que en plena dictadura, en los peores momentos militó en las JOC (Juventudes Obreras Católicas), lo que suponía los primeros enfrentamientos de la clase obrera con el régimen de Franco al amparo de la Doctrina Social de la Iglesia.

Enfermera militante de CCOO, gran cuidadora de los suyos y de los otros. Suyas son las reivindicaciones de todos, suyo era el cariño y el acogimiento de los que lo necesitaban.

 

Ya no te veré en las manifestaciones, pero de aquí en adelante dejaré un espacio libre a mi lado en tu recuerdo.

 Paco Cuba