¡Tengo que dar un grito a los cuatro vientos!
¡Que mi grito lo escuchen todos!
¡Que se oiga por doquier!
¡Tengo una muy querida sobrina preñada!
Este tiempo de desdichas y sobresaltos,
de grandes angustias y desazones, de tristezas y penas, se eclipsa, con la
llegada por el noroeste de un enorme “iceberg”, de dicha y alegría.
El alba de la nueva era trae un nuevo ser
al mundo, con él tiene que venir la esperanza, el fruto de los deseos tan
anhelados. ¡Tiene que ser una máquina!
No existe en el mundo nada tan bonito
como un niño deseado.
Éste será muy especial, será deseado, no
solo por dos personas, lo deseamos muchos, muchos, muchos.
Quisiera ser el primero en darle la
bienvenida, con todo mi corazón.
Perdona, no quise decir eso, quiero algo
más, te doy la bienvenida con todo mi cerebro.
Recibe mi primer beso antes de nacer, con
la esperanza de que te quede este recuerdo el esa memoria extraña anterior al
conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario