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domingo, 10 de marzo de 2013

Las Hojas Muertas de la Juventud


H
ace años vi caer a mis pies ese montón de hojas que se llama Juventud, tuve en ese momento miedo a pisarlas, quizá por no saber lo que había debajo, quizá por la incertidumbre que produce lo desconocido.

El caso es que en el tránsito de todas las etapas de la vida lo que más cuesta es aceptarlas.

Ahora abandono la madurez y entro en la última etapa, la que llamamos vejez.

Todos los subterfugios que podamos utilizar para rodear el tema (que no “el problema”) son vanos e inútiles. El tiempo es implacable, no perdona, es por eso que lo mejor es asumir nuestra situación.

Tratar de explicar los sentimientos personales no es un acto que se pueda relacionar con la impudicia, ya que desvelar el sentir no es desnudarse, es algo más, es mostrar el interior.

Para estas cosas habría que ser un buen prosista, envido a Max Aub, Arturo Barea, y a tantos otros.

Por mi falta de habilidad, tengo que pedir perdón. Sin embargo hago frente al peligro y trataré de explicar mi situación:

Es como si viviese en un bosque. El monte participa de las mismas etapas que las personas. La juventud de la primavera da lugar a un verano maduro y a un otoño, tránsito hacia un final, que es el invierno.

Tenemos ahora en el invierno, un paisaje cubierto de árboles secos, sin savia, suelo alfombrado de hojas muertas, lluvia, frio, soledad, falta de vida, en una palabra: melancolía.

Es la melancolía el plato fuerte de la vejez, la dulce, la agradable melancolía.

Por la noche cuando me acuesto es cuando siento que con la manta, también me acoge ese pensamiento invernal, placentero, que proporciona el descanso, que quisiera que fuera duradero, eterno…

Pero llega el alba, y con el despertador y la luz, también las obligaciones, los compromisos, la gente que quieres…

Familia, amigos, colegas, ¿Cómo es posible abandonar?

Supongo que con la pérdida de actividad se perderán también deseos, relaciones, compromisos, y con ello se podrá alcanzar el final.

Estoy convencido: no va a ser fácil, queda tanto por hacer…

¡Tiempos difíciles para los viejos!

2 comentarios:

  1. Compañero Paco,yo tambien veo el suelo alfombrado de las hojas muertas de mi juventud.......

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