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lunes, 5 de noviembre de 2012

Mi Bici o Prozac


E
ste viernes sufrí uno de esos reveses que da la vida. Realmente vienen a ser recordatorios como anuncios con que en la antigua Roma se premiaba a los héroes de la guerra y en pleno desfile al general ganador, se le colocaba detrás un esclavo, portador de una corona de laurel y durante todo el acto le iba susurrando al oído:

-        Recuerda: eres mortal.

La bofetada fue, en este caso, devastadora, pero la vida es así, no se conforma con hacernos felices una temporada. De vez en cuando, y sin saber como, sufrimos un tirón de orejas, para recordarnos nuestra mortalidad.

Dicho esto, está claro como debía estar mi estado de ánimo.
-        ¿Qué hago entonces?
-        ¿Tomo mi Prozac?

Valoro mis posibilidades físicas, y opto por una alternativa:

“Mi bicicleta”

Después de desayunar, y con voluntad clara, me subo al sillín, y comienzo a pedalear muy despacio, suavemente, escuchado a Vivaldi (por favor, si eres de la DGT, no lo leas).

Me interno entre viñedos, me acuerdo que hace unos días, todavía se encontraban con aquel color verde, vivo, que presagiaba el nacimiento del nuevo vino.

Hoy aquellas mismas parras se cubrieron con el color amarillento del crepúsculo, anunciándonos la venida del señor invierno.

Las garzas reales están poblando las marismas del Umia. Todo es calma, sosiego, parece como si la naturaleza estuviese buscando un cobertor para taparse una temporada, y dormir, dormir un sueño plácido, suave, con un sueño tan suave como si fuese una pieza de piano de Granados.

Invita la naturaleza a ir muy despacio, mirando, mirando, pedaleando, suspirando…

¡Alto! ¡Que sorpresa!



Mirando, mirando, veo en una vereda algo que como yo, nos resistimos a ese sueño, ¡vivimos! Se trata ni más ni menos de una rosa.

Mientras nuestro alrededor se pone las zapatillas para irse a descansar, nosotros, ella y yo, nos levantamos, alzamos nuestros corazones, y continuamos nuestro tiempo de vigilia.

¡Ábrete sésamo! ¡Vive nuestro mar de Arousa! ¡Pedalea fuerte! ¡Huye de tus temores! ¡Vive!

Adiós Prozac, te olvidaremos, seguiremos viviendo, mi rosa, mi bici y yo.

Dedicado a Ana, mi amiga sevillana.
En Vilagarcía de Arousa a 5 de noviembre de 2012

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu dedicación, es precioso! Me ha hecho revivir ese paseo tan bello en el que nos acompañaste por esos paisajes naturales de la Ría de Arousa.
    Un beso para todos

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  2. Te lo dedico "Ana-onima", porque me acuerdo del impacto que te produjo el emparrado de los viñedos.
    ¡Yo también me acuerdo de un paseo que me supo a poco!
    Besos

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